Ponte en una posición cómoda. Toma varias respiraciones profundas.
Repite a ti mismo: No temas.
Cada vez que exhala sueltas esas cosas sobre las cuales estás preocupado o tienes miedo.
Ofreces estas preocupaciones a Dios, sabiendo que el amor de Dios es infinito.
Permítete aceptar el amor y la gracia de Dios a cambio.
El Buen Dios me ha ayudado siempre: me ha ayudado y me ha llevado de la mano desde mi infancia. Confío en Él. Mis sufrimientos pueden llegar a su límite, pero estoy segura de que nunca me abandonará.
Santa Teresa de Lisieux
¡Nada nos podrá separar del amor de Dios! En tu oración hoy, confía tu corazón y tu alma a Dios quien "nunca te abandonará."
Calmar a sí mismo . Abre tu corazón.
Tome tres respiraciones profundas.
Desconectar y escuchar.
¿Quisieras orar por