Ponte en una posición cómoda. Toma varias respiraciones profundas.
Repite a ti mismo: No temas.
Cada vez que exhala sueltas esas cosas sobre las cuales estás preocupado o tienes miedo.
Ofreces estas preocupaciones a Dios, sabiendo que el amor de Dios es infinito.
Permítete aceptar el amor y la gracia de Dios a cambio.
Entra dentro de ti mismo y trabaja en la presencia de tu Esposo que está siempre presente amándote.
San Juan de la Cruz
No tengas miedo de entrar en ese lugar profundo en tu corazón donde puedes escuchar a tu Esposo decir, “Te he amado con un amor eterno ...” Mora con tu Esposo y descansa en el don del amor.
Calmar a sí mismo . Abre tu corazón.
Tome tres respiraciones profundas.
Desconectar y escuchar.
¿Quisieras orar por