
El Pozo de Elías
De Vitry hace una mención especial de la vida eremítica en Palestina: “Hombres santos renunciaron al mundo y, de acuerdo con sus diversos afectos y deseos y su fervor religioso, eligieron lugares para morar adecuados a su objeto y devoción. Algunos, especialmente atraídos por el ejemplo del Señor, escogieron ese desierto deseable llamado Cuarentena, en el que nuestro Señor ayunó durante cuarenta días después de su bautismo (Mt. 4), para morar como ermitaños y servir a Dios con mayor valentía en las humildes células. Otros, en imitación del anacoreta santo, el profeta Elías, llevaron una vida solitaria en el Monte Carmelo, especialmente en aquella parte del mismo que sobresale de la ciudad de Porfiria, ahora llamada Haifa, cerca del pozo llamado el Pozo de Elías, no lejos del Convento de Santa Margarita la Virgen, donde en pequeñas celdas como en un panal, esas abejas del Señor depositaban dulce miel espiritual.