Los Primeros Carmelitas En el tiempo de las Cruzadas a Tierra Santa, algunos ermitaños se establecieron a lo largo de toda Palestina. Algunos de ellos, “siguiendo el ejemplo de Elías, un hombre santo y amante de la soledad, adoptaron un estilo de vida solitaria en el Monte Carmelo, cerca de un manantial conocido con el nombre de la Fuente de Elías. Estos ermitaños vivían en pequeñas celdas muy similares a las celdas de una colmena. Vivían como abejas de Dios, recolectando la miel divina del consuelo espiritual.”
Ermitaños en el pozo en el Monte Carmel.
A diferencia de la mayoría de las órdenes religiosas, los Carmelitas no tenemos un fundador. En su lugar, encontramos nuestros orígenes con algunos ermitaños que decidieron establecerse en el Monte Carmelo, en Palestina, hace más de 800 años. Los historiadores no están seguros de que fue lo que llevó a estos hombres a renunciar a todo lo que poseían para dedicarse a vivir en celdas sencillas. Sólo podemos suponer que al enfrentar las decepciones como tragedias de la vida, surgió en ellos un profundo deseo por realizar un cambio de vida radical. Sin embargo, algunos pudieron estar consternados con la violencia y el exceso que veían a su alrededor, y otros, en cambio, pudieron haber sentido el simple llamado a estar más cerca de Dios.
Movidos por “su amor a la Tierra Santa”, estos ermitaños del Monte Carmelo decidieron consagrarse a su servicio, en esta Tierra, a Aquél que había pagado con el derramamiento de su sangre. Decidieron vestir “el hábito de la pobreza religiosa,” perseverar “en la santa penitencia,” y formar “una comunidad fraterna.”
Si bien, llamamos a estos primeros ermitaños Carmelitas, estos en realidad se limitaban a vivir y a compartir de la soledad con otros. No fue hasta 1206, cuando estos decidieron asumir la responsabilidad de cuidarse unos a otros y pidieron al Patriarca de Jerusalén, Alberto, les redactase una Regla para su estilo de vida. Es a partir de este momento que las relaciones entre los hermanos y su “prior” (líder) cobraron relevancia. Esta Regla de Vida, la cual fue entregada a los Carmelitas en 1214 de manos de Alberto, les orientaba a celebrar juntos, de forma diaria, y en un lugar cercano a sus celdas, la Eucaristía; así mismo, a reunirse de forma semanal a fin de animarse y corregirse mutuamente. Esta Regla es una fórmula de vida que aún hoy en día los Carmelitas siguen.
Poco tiempo después de haber recibido la Regla de Vida, Jerusalén fue arrebatada del control de los cristianos y los ermitaños fueron obligados a salir de su montaña. Estos comenzaron a emigrar al Oeste junto con todos aquellos que se vieron obligados a dejar Tierra Santa. De manera inicial, se establecieron en Sicilia, Italia, España, Francia e Inglaterra.
Este viaje no sólo los llevó a un nuevo hogar, sino también a llevar un estilo de vida muy diferente.
El Carmelo en Europa A su salida del Monte Carmelo y por ende de Tierra Santa, estos primeros Carmelitas se vieron forzados a cambiar los amplios escenarios que el desierto les ofrecía por el constante bullicio de las ciudades. Es decir, tuvieron que pasar de la quietud de las ermitas a la agitada vida del ministerio activo. Muchos de estos primeros inmigrantes intentaron conservar su identidad de ermitaños por lo que decidieron establecerse en lugares remotos y en las zonas menos pobladas, mientras que los miembros más jóvenes, encontraron inspiración en la activa predicación de los jóvenes frailes franciscanos y dominicos. Dichas órdenes mendicantes se extendieron rápidamente por toda Europa, predicando la Palabra de Dios y realizando buenas obras.
En 1247, el hermano Simón, uno de los miembros de la comunidad del Monte Carmelo y que fuera elegido para ser el líder de un grupo ampliamente disperso. Atento al llamado de cambio (transición), solicitó al Papa Inocencio IV la primera modificación a la Regla de Vida, esto, con el fin de permitir a las comunidades Carmelitas el poder establecerse en y cerca de las ciudades, así como el poder empezar a ejercer una función pastoral en medio de las personas.
En 1281, los Carmelitas establecieron una casa de estudios en París, a la que cada provincia enviaría dos de sus miembros para estudiar Teología en aquel lugar. Los Carmelitas también realizarían estudios en las Universidades de Oxford y Cambridge. En 1287, ante el rápido crecimiento acontecido en muchas zonas de Europa, los Carmelitas se vieron en la necesidad de dividirse en nueve provincias. Para 1362, ya se contaba con un total aproximado de 12,000 miembros.
La Reforma Durante el siglo XIV, los Carmelitas se vieron afectados, al igual que todos en Europa, por la Peste Negra, la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia, y por el Cisma de Oriente entre los dos Papas –uno en Roma y el otro en Aviñón. Muchas casas tuvieron que ser cerradas, mientras que en otras, el número de sobrevivientes apenas alcanzaba para continuar con el trabajo como con la preparación de nuevos miembros.
En 1432, la Regla de los Carmelitas tuvo que ser ajustada por segunda vez. En esta ocasión, a los frailes se les permitió comer carne tres días a la semana y las normas que regían la práctica del ayuno como de la abstinencia también sufrieron cambios. Este ajuste provocó una gran división en la Orden, ya que algunos frailes se mostraban a favor de las nuevas regulaciones y otros, en cambio, buscaban realizar un seguimiento más estricto de la Regla de Vida original. En 1462, algunos de estos frailes, conocidos poco después con el nombre de “descalzos” o “observantes”, abrieron sus propias casas.
El Carmelo llega a EEUU [caption id="attachment_6309" align="alignright" width="300"] Scipio, Kansas[/caption]
En 1858, un sacerdote de Louisville, Kentucky, realizó un urgente llamado a las comunidades religiosas para que estas establecieran parroquias y escuelas en aquel lugar. Tres hermanas Ursulinas respondieron al llamado y establecieron una escuela en Louisville. Con el tiempo, hicieron participe de su ministerio a su amigo y ex-confesor el Carmelita P. Cyril Knoll.
Por la década de 1850, los Carmelitas de Straubing, Alemania, se habían recuperado lo suficiente de los años de la Secularización como para buscar establecer misiones en otros países. Como consecuencia de esta búsqueda, el 8 de Junio de 1864, los padres Carmelitas Cyril Knoll y Xavier Huber llegaron a Louisville. Desafortunadamente para ese entonces, el obispo de esta ciudad había sido trasladado a Baltimore y el nuevo obispo aún no había sido nombrado. Sin embargo, estos dos Carmelitas pronto comenzaron a trabajar, aceptando la responsabilidad de la parroquia de San José la Colina, ubicada a unas 13 millas al norte de Louisville.
Poco tiempo después, el P. Knoll se encontraba de vuelta en Louisville, ayudando en la parroquia de San Martín. Sin el nombramiento de un nuevo obispo a la vista y con la inquietud de seguir adelante, el P. Knoll pronto escribió al obispo Juan Bautista Miège de Kansas, con la intención de obtener su permiso para realizar una fundación en aquel lugar. El obispo Miège le dio la bienvenida a los Carmelitas en su recién formada diócesis y les confirió la responsabilidad de la parroquia de San José. En 1866, la creciente comunidad Carmelita estaba formada por seis miembros, incluidos algunos sacerdotes locales quienes habían decido unirse a estos dos hermanos inmigrantes.
Más adelante, durante ese mismo año, el P. Knoll adquirió un gran convento ubicado en Cumberland, Maryland, propiedad de los Misioneros Redentoristas, con la intensión de llenarlo de candidatos. El resultado no fue el deseado debido a que los candidatos entraban y abandonaban la casa rápidamente.
En 1870, el pequeño grupo de Carmelitas decidió establecer una casa en Paducah, Kentucky, y para 1873, habían lgorado expandirse hasta Louisville. En 1874, el Comisariato de Kentucky fue creado y nuevas casas fueron establecidas en Englewood, New Jersey, New Baltimore, Pennsylvania y Pittsburgh.
De vuelta en Kansas, los Carmelitas sentían que el P. Knoll los había abandonado y que sólo recurría a ellos cuando necesitaba de apoyo humano y monetario. Como resultado de sus quejas, el Prior General de la Orden, en 1869, tomó las casas de Kansas bajo su cuidado. Derivado de este cambio, los Carmelitas fueron capaces de realizar varios proyectos como la construcción de la Iglesia de estilo Neo-Gótico de San José en Leavenworth; como la compra de varios terrenos destinados para el cultivo y el sustento de la comunidad en Scipio, además, de la construcción de una Iglesia de piedra, un convento, y una escuela para niños en aquel mismo lugar. En 1874, las cosechas se perdieron y el país se encontraba sumergido en una fuerte depresión económica. En lugar de contraerse, el superior de Kansas decidió abrir una fundación en Niagara Falls, Ontario en 1875.
El Carmelo en las Americas [caption id="attachment_6313" align="alignright" width="216"] En 1878, los dos priores (de Kansas-Niagara y de Maryland-Kentucky-Pennsylvania) acordaron unir sus jurisdicciones en una sola. Tres años después, el P. Knoll renuncia a su cargo de comisario. En 1881, todas las casas Carmelitas en los Estados Unidos se unen bajo la dirección de un mismo prior. En 1890, las fundaciones estadounidenses se convirtieron en una provincia dedicada al Purísimo Corazón de María. En 1900, la provincia se expandió a Chicago en donde abrió la Escuela de San Cirilo (ahora Secundaria Monte Carmelo). Pronto, el área de Chicago se convertiría en la sede de la provincia.
En 1949, los Carmelitas construyeron una parroquia y una escuela en Lima, Perú, y desde 1959, han tenido la Prelatura de Sicuani, Perú, a su cargo.
En la década de 1950, los Carmelitas tomaron la responsabilidad de parroquias en Houston, Texas, y Tucson, Arizona. En 1953, la Secundaria Católica Salpointe (Tucson) abre sus puertas; mientras que en 1959, lo hacia la Secundaria Carmelita Crespi en Encino, California.
En 1958, los Carmelitas abrieron su primera capilla en un centro comercial en Peabody, Massachusetts, y la segunda, en 1970 en Paramus, Nueva Jersey. En la década de 1970 y 1980, los Carmelitas se expanden a Phoenix y Glendale, Arizona; Fairfield, California; y Venice, Florida.
Para 1990, la provincia se había extendido por todo Estados Unidos, contando con aproximadamente 300 miembros distribuidos en 19 estados, el Distrito de Columbia y la provincia de Ontario, Canadá. En la actualidad, la provincia del Purísimo Corazón de María cuenta con aproximadamente 260 miembros distribuidos en América del Norte, Canadá, Perú, México, El Salvador e Italia.
El Carmelo en el Mundo Hoy en día, en todo el mundo, se cuenta con aproximadamente 2,200 frailes Carmelitas distribuidos en cinco continentes. Hay 72 Comunidades de Monjas de Clausura, 13 Congregaciones de Hermanas Religiosas, 1 Familia de Misioneros Laicos, 1 Instituto Secular, 3 Comunidades de Ermitaños, numerosos miembros de la Tercera Orden Secular, y un sinnúmero de Cofradías del Escapulario de Nuestra Señora del Monte Carmelo.
A partir del siglo XII, algunos cruzados decidieron convertirse en ermitaños en una montaña ubicada en los desiertos al norte de Palestina. Con el tiempo, estos ermitaños fundaron comunidades en las ciudades más grandes de Europa, de América y alrededor del mundo. La historia de nuestra fraternidad Carmelita se encuentra íntimamente ligada con las vidas e historias de almas individuales que buscaban, en conjunto, la soledad orante en el mundo.